23 de junio de 2013

Cosas.... (mi profesora de lengua me decía que una persona con léxico no utiliza jamás esta palabra).

Escribe Francis Hallé:

Nelson Mandela pasó 27 años en la prisión de Robben Island, frente a Ciudad del Cabo. Según él, si sobrevivió y pudo mantenerse con buena salud, fue porque los guardianes de la prisión comprendieron que amaba las plantas y le ofrecieron medios bidones cortados, llenos de buena tierra. Cultivó verduras primero para sus compañeros de prisión, luego para toda la prisión y finalmente para la isla de Robben Island. Consiguió cultivar también árboles frutales. En su autobiografía escribe esta frase que me parece extraordinaria: "Yo estoy prisionero, pero mis plantas son libres".


Muchos árboles son potencialmente inmortales, lo cual significa que no tienen un programa de senescencia. 
Colocad un árbol en las mejores condiciones posibles durante toda su vida y ponedlo de manera escrupulosa al resguardo de todos los ataques, todos los peligros y todos los contratiempos que puedan ocurrirle. Mientras se le aseguren buenas condiciones, permanecerá vivo y continuará creciendo. 
¿Qué es un programa de senescencia? Pongo el ejemplo del ser humano cuya senescencia es bien conocida por ser la mejor estudiada. Nosotros tenemos 26.000 genes, es decir, partículas hereditarias que son responsables del color de nuestros ojos, del aspecto de nuestro pelo, de nuestros caracteres físicos. Al principio, para un niño, funcionan todos estos genes, están todos activos y, conforme pasan los años, los genes se extinguen como velas sobre las que se pone un capuchón. Esto se llama metilación. Conservamos nuestros 26.000 genes hasta nuestro último aliento, pero el número de genes activos disminuye. Colegas españoles de la universidad de Oviedo, han demostrado recientemente que esto no pasa de la misma manera entre los árboles. Durante el año, desde primavera hasta el invierno, tienen lugar estas metilaciones. Pero en la primavera siguiente, cuando se abren las yemas, se produce una des-metilación total y el árbol tiene de nuevo todos sus genes activos, tan numerosos como cuando era joven. 

Fragmentos del libro "La vie des arbres", de Francis Hallé

Dice este mismo botánico, Francis Hallé que el record de supervivencia de un ser vivo en el planeta lo tiene un arbolito de la Isla de Tasmania, al sur de Australia, que tiene 43.000 años.

Foto: Dice Francis Hallé que el record de supervivencia de un ser vivo en el planeta lo tiene un arbolito de la Isla de Tasmania, al sur de Australia, que tiene 43.000 años.

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