12 de febrero de 2013

¡Con la iglesia hemos topao, amigo Sancho!.

Me preguntaba una amiga hace un tiempo que, ¿por qué Villanueva no tenía esa Sierra y estaba casi toda  en manos privadas?, y realmente no supe que contestarla. Le comenté que había leído someramente en algún lado que fue vendida durante el siglo XIX, pero no sabía en qué circunstancias, y como no me gustan las preguntas sin respuestas, he recurrido a "San Google".

He encontrado un blog de calidad barbara en contenido, que me lo ha contado todo y amenizado con preciosas fotos. Se trata de  "Desde el Torreón", cuaderno de campo de Alberto Gil Chamorro.

Así que os va un copia y pega de una información muy interesante:


Una buena porción de la sierra de Gredos cacereña está dentro del término municipal de Villanueva de la Vera, no es la de mayor altitud pero tiene algunos enclaves de gran valor como la zona de Casquero de Peones, donde la orientación es norte (algo único en la sierra verata), la siempre venteada Loma de la Batalla o la Garganta de Mal Entradero, pero resulta llamativo que la mayor parte de su sierra esté dentro de grandes fincas privadas. La conocida como “desamortización civil” de Madoz, que pese a su mayor importancia es mucho menos famosa que la de Mendizábal , afectó en buena parte a los terrenos comunes de los pueblos. El gobierno necesitaba dinero y lo sacó de debajo de las piedras. En Extremadura esta desamortización trajo consigo un aumento de los latifundios y un aumento de la emigración, al verse privada la gente de los pueblos de recursos básicos como los pastos y la leña. En el caso de Villanueva la cosa pudo llegar a ser incluso peor de no ser por mi paisano D. José García Mora, el Cura Mora (Plasencia, 1829-1910), quien pudo pararle los pies al señor Godínez de Paz, diputado al que se le había adjudicado la parte de la sierra propiedad del municipio. Este buen hombre, no contento con las miles de hectáreas conseguidas a buen precio, intentó durante el amojonamiento en 1870 regalarse unos centenares de hectáreas más. El Cura Mora, un auténtico personaje de armas tomar, al que no le temblaba el pulso ni al criticar ferozmente a la jerarquía de la Iglesia, empezando por su propio obispo, no tuvo rival. Cuantos diputados más no verían a un cura mora frenar sus rapiñas.

Un paréntesis para añadir otra poca información, que nos da la otra base ingente de datos que es la Wikipedia y que dice:

Al ver frustrado su deseo, el Sr. Godínez de Paz levantó contra él una campaña ante las autoridades provinciales y nacionales en la que, por su declarado republicanismo federalista, le acusaba de pretender crear un cantón independiente en la localidad. A mediados de agosto de 1870, se presentó en el pueblo una compañía de guardias civiles para prenderle. El "cura Mora", tras lograr que no hubiese un enfrentamiento armado entre los vecinos y los civiles, logró salir del pueblo; al día siguiente su casa fue saqueada en busca de documentos que probasen la rebelión. Una amnistía de 1871 le permitió recuperar su cargo hasta 1878.

Seguimos con la información de Alberto:

Hoy visto en perspectiva, parece claro que esta dramática medida favoreció en muchos casos la conservación de los terrenos afectados, si el fin de esta desamortización era acabar con las llamadas “tierras muertas” lo que consiguió fue justamente lo contrario. Pero por otro lado, también tendremos que reconocer que hemos perdido la capacidad de disfrute de enormes extensiones de terrenos públicos, que hoy podrían ser espacios protegidos. En la comarca de La Vera tenemos ejemplos de terrenos comunes y terrenos privados en la sierra, que cada uno saque sus conclusiones. Yo reconozco que no lo tengo claro.
Y en esto pensaba al contemplar el maravilloso encinar de tipo carpetano que arranca a partir de los 1000 m cerca de la cabecera de la Garganta de La Hoz (no confundir con su homónima del Losar). En Extremadura no hay nada parecido, sólo en Las Hurdes quedan encinares tan bien conservados, pero allí se trata de otro tipo de bosque, más húmedo y de menor altitud. Este encinar serrano es un ejemplo de libro de una inversión de vegetación motivada por un sustrato raquítico. Los rebollos deberían ocupar esa ladera y las encinas deberían estar en las llanuras, pero con tan poco suelo el roble es menos competitivo que la encina. Los enebros, que en otras zonas más bajas de La Vera son los dominadores, aquí son sólo meros acompañantes. Estando en manos privadas este encinar ha sufrido algún zarpazo buscando leña, qué no habría sucedido siendo comunal y me atengo al dicho que he escuchado varias veces de la gente mayor del campo: “lo que es del común es del ningún”.

Creo que no hay mucho más que decir.

Hoy en día hay aquí un conocimiento básico pero bastante extendido de José García Mora, párroco en Villanueva de 1857 al 78, dejando una honda huella en la población tanto por su idealismo e intento de creación de una  "iglesia cristiana-liberal" como él la bautizó, como por su defensa del pueblo e intereses como hemos visto, y por sus reformas en el ámbito civil pues había sido elegido síndico procurador en las elecciones municipales de 1868 y como tal llevó a cabo diferentes obras públicas en el pueblo: caminos, puentes, la fuente de la plaza y una escuela.

Quitémonos, pues el sombrero (quien lo tenga o le apetezca).

Una Asociación Deportiva  lleva su nombre, creo que ningún Alcalde le ha dedicado aún, ninguna calle, menos, una plaza.



Pantano de Gualtaminos, de Villanueva.

Una imagen que no viene a mucha colación, pero es tan bonita...Y además, al fondo se ve Sierra.
(Del Chorro tengo fotos de mi juventud, en formato papel fotográfico. Ponte ahora a buscarlas, escanea....Buff.... Mejor iros al blog de Alberto y gozáis).

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