Hace ya varios días que estoy pendiente del cielo esperando el primer avistamiento...
Días ya, en Enero, que los jilgueros dejaron de ir en grupos, aves gregarias, y se emparejaron. Y se los oye pasar y posar cantando. Al igual que los verdecidos y verderones que ya no paran de hacerlo sobre cualquier atalaya.
Ya había visto aviones roqueros, los mas tardíos en irse y los más madrugadores en llegar, sobrevolando el cielo de nuestro calles. En la plazuela de la Barrisca anida una pareja, en la que fué casa de Valentín Gil (el Capitán) y ya hace días que vi a uno de sus componentes, ignoro si la pareja viaja por separado o si por el contrario tuvo algún percance en el trayecto. En la calle Simón Valverde ( la de la farmacia de Carlos) anida otra pareja y su nido, en un cableado eléctrico sobre una de las fachadas, lo hicieron el año pasado tan bajito sobre el dintel de una puerta que no pocas personas les fotografió los polluelos.
Hoy por la tarde, paseando justo enfrente de la Iglesia, y es que al que le gustan las aves pues siempre oído pendiente, oí un pequeño gorgojeo característico que me hizo mirar como un resorte hacia arriba y vi su silueta inconfundible, en un requiebro alegre... Es la primera golondrina... Ha sido un relámpago, un segundo, pero suficiente para ver la cola larga y horquillada de un macho.
Fiel a su cita, y es que el año pasado apunté el primer avistamiento el día 18 de Febrero, todo relativo, pues aunque estoy atento, no puedo estar todo el día pendiente, claro está...
Para el año que viene me echáis una mano...
Otro año más, la primavera se va abriendo paso a través del frío invierno, y la maquinaria de la vida, hasta ahora aletargada, comienza a llenar nuestros campos y pueblos.
En febrero busca la sombra el perro y el cochino bañadero, pero no el mes entero.
ResponderEliminarA ver cuando abren el grifo.