8 de julio de 2011

La Soprano invisible.

Llegó el verano y con las altas temperaturas el canto del insecto por excelencia.Su monótono e insistente estridor se propaga por los campos en un coro de innumerables voces.
Este canto se prolonga durante todo el verano, interrumpiéndose en las tormentas, o cuando sobreviene frío. A principio del otoño y con la llegada de las lluvias, el canto de la cigarra se apagará, y con él terminará el verano.

Sí, es la Chicharra, o Cigarra, insecto hemíptero que vive en las zonas cálidas y templadas de la cuenca mediterránea.

Tenemos dos variedades comunes en el sur de Europa. Una es la Cicada plebeieus (de color negro manchado de amarillo, recubierta de pelusa blanca; su tamaño es de 30 a 35 mm.), y la otra la Cicada orni.(un poco más larga y rojiza), que es la que os muestro en estas fotos.

Durante el verano la hembra pone los huevos (de 4 a 12) en los tallos de las plantas herbáceas o en ramitas secas, encerrándolos en pequeñas celdillas. De los huevos que se abrirán a fines del verano, nacen las larvas que, poco después y luego de experimentar las primeras transformaciones, se entierran. Por su conformación, que es todavía muy diferente de la que tendrá el insecto completo, los zoólogos asignaron a esos seres diminutos el nombre de “ninfas”. 

La ninfa quedará bajo tierra durante todo el invierno, alimentándose con la savia de las raíces. En el ínterin, su aspecto y su estructura interna experimentarán grandes cambios y, ya en primavera, saldrá a la superficie, adhiriéndose al tallo o a las hojas de las’ plantas; allí esperará su última transformación. Cuando, finalmente, por una hendidura dorsal de la cutícula sale el insecto perfecto, el verano no está lejos. La cigarra inicia así su breve vida que se extinguirá antes de llegar el otoño.  

El insecto macho es el que canta y sus órganos musicales están situados a ambos lados del abdomen. Esto le permite cantar y alimentarse al mismo tiempo. Muy voraces, las cigarras ponen todo su empeño en perforar la corteza de las plantas, para sorber la savia de las mismas (su órgano bucal se adapta a esa modalidad). De este modo, las cigarras tienen siempre alimento abundante a su disposición. 

En la antigua Grecia las cigarras eran muy apreciadas y los atenienses las encerraban en pequeñas jaulas deleitándose con su canto. El órgano sonoro que se halla en la Cicada plebeius está formado por dos cavidades verticales situadas en la parte inferior del abdomen. En cada cavidad se halla una membrana elástica y convexa que vibra por la contracción de un músculo interno. Las vibraciones, se amplifican por efecto de una caja de resonancia.


¿Quién no conoce la hermosa fábula de LA FONTAINE sobre La cigarra y la hormiga? Mas si el poeta hubiese conocido mejor la vida y costumbres de esos pequeños cantores, tal vez no hubiese defendido a la hormiga con tanto menoscabo de la cigarra. La hormiga, a quien LA FONTALNE ha otorgado la medalla del premio al trabajo, se revela, comparada con la cigarra, como una verdadera aprovechadora. Efectivamente, cuando la hormiga encuentra a una cigarra sorbiendo el líquido de las plantas, se le acerca y no descansa hasta lograr expulsarla y tomar su lugar. Cuando la cigarra muere, al cabo de cuatro o cinco semanas de vida, aparece otra vez la hormiga que despedaza con sus fuertes mandíbulas el cuerpo ya inmóvil y lo arrastra hacia, el hormiguero para alimentarse con él durante el invierno, cosas de la vida...


Fuente: Del artículo  "La vida de la Cigarra Chicharra, Larvas y Ninfas de Avispas". 


Fotos: Mario Timón.

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