22 de diciembre de 2013

¿De qué se trata?.


Curioso árbol que no tengo ni idea de lo que es....Le he visto crecer y son muchas veces las que me he preguntado de qué árbol se trataría, y quiero salir de la ignorancia...Voy a indagar...
¿Alguien me puede echar una mano?.

Se encuentra  en Villanueva, en la Avenida de la Vera, enfrente del nº110 del Corte Español. En la casa de tía Margarita y... (¡¡el marido ya ni me acuerdo cómo se llamaba!!).

Ahora está impresionante. ¿Alguna pista?.






8 de diciembre de 2013

El Árbol Generoso. Por Shel SilverStein.


 Había una vez un árbol que amaba a un pequeño niño. Todos los días el niño venía y recogía sus hojas para hacerse con ellas una corona y jugar al rey del bosque. Subía por su tronco, se mecía en sus ramas y comía manzanas. Jugaban juntos a la escondida y cuando se cansaba, el niño dormía a su sombra.

Y el niño también amaba al árbol y el árbol era feliz.

El tiempo pasó, el niño creció y el árbol solía quedarse solo esperándolo. Un día, el árbol vio venir al niño.

–Ven niño, súbete a mi tronco, mécete en mis ramas, come mis manzanas, juega bajo mi sombra y sé feliz -le dijo.

–Ya soy muy grande para trepar y jugar -dijo el niño- yo quiero comprar cosas, divertirme. Necesito dinero. ¿podés darme plata o me voy?

–Lo lamento, -dijo el árbol- sabes que dinero no tengo, sólo hojas y manzanas. Agarra mis manzanas y vendelas en la ciudad… tal vez así consigas el dinero que necesitas.


El niño se subió al árbol, arrancó todas las manzanas, las cargó en una cesta y se volvió a alejar. Y el árbol se quedó feliz.

Pero pasó mucho tiempo, el niño no volvía y el árbol lo esperaba triste. Hasta que un día regresó y el árbol agitó alegremente sus hojas.

–Ven niño, súbee a mi tronco, mécete en mis ramas, juega bajo mi sombra y sé feliz -le dijo.

–Necesito una casa que me sirva de abrigo -le contestó el niño-, quiero conseguirme una esposa y tener hijos. Es una casa lo que necesito, ¿tienes una casa para darme?

–Yo no tengo una casa -le dijo el árbol-, mi hogar es el bosque, pero podés cortar mis ramas y usarlas para hacer tu propia casa. Entonces serás feliz.

El niño cortó todas las ramas, se las llevó y se construyó una casa hermosa. Y el árbol se quedó feliz.

Volvieron a pasar muchos años sin que el niño regresara, hasta que un día volvió a visitarlo… el árbol se puso tan feliz que apenas pudo hablar.

–Ven, niño -le susurró- acércate y juega.

–Estoy muy viejo y triste para jugar -le contestó- quisiera tener un bote y navegar lejos de aquí, ¿tú tiene
s un bote para mí?

–Un bote no tengo -le respondió el árbol-, pero puedes cortar mi troco y navegar sobre él, si eso te hace feliz.

El niño cortó el tronco, lo ahuecó y se hizo un bote. Navegó lejos y el árbol se quedó feliz… o quizás no. Volvieron a pasar algunos años hasta que el niño regresara a ver al árbol.

–Lo lamento, niño -lo recibió el árbol- pero ya no me queda nada para ofrecerte… manzanas ya no tengo…

–Mis dientes ya están débiles para manzanas -le contestó el niño.

–Tampoco me quedan ramas, ya no hay cómo columpiarse en mí.

–Estoy muy viejo para columpiarme.

–Ni el tronco me queda, niño, ¿cómo vas a trepar?

–Estoy muy cansado para trepar -le contestó el niño.

–Quisiera poder darte algo… pero ya no me queda nada. Me he convertido en un viejo leño tronco en medio del bosque… lo lamento -dijo el árbol.

–Yo ya no necesito mucho ahora -respondió el niño- apenas un lugar tranquilo para reposar… estoy muy cansado.

–¡Fantástico! -dijo el árbol reanimándose- un viejo tronco es lo que necesitas para sentarte y descansar. Ven, niño, siéntate sobre mí.

Y el niño se quedó sentado contemplando el bosque. Y el árbol se quedó feliz.


FIN.





El árbol que da o el árbol generoso (The Giving Tree), publicado en 1964, es un libro infantil escrito e ilustrado por Shel Silverstein. Este libro se ha convertido en uno de los más famosos de Silverstein y ha sido traducido a más de 30 idiomas.

El ´Matusalén´ de los aviones comunes acaba en las garras de un cárabo.


Que un ejemplar de avión común (Delichon urbicum) alcance los ocho años de vida es algo “extraordinario”  ya que la esperanza media para esta especie es de 2-3 años. Este interesante hallazgo que acaba de conocerse en España se ha producido además bajo una curiosa circunstancia, dentro de la egagrópila de un cárabo común, donde junto con los huesos del longevo avión se encontraba también la anilla que portaba.


Colonia de aviones comunes en un edificio © Tatavasco Imágenes
En 2005, dentro de un proyecto de seguimiento de la especie, investigadores de la Universidad de Extremadura en Badajoz habían marcado este ejemplar en su primer año de vida y, sorprendentemente, ocho años después ha sido recuperada a unos 400 metros del lugar donde fue anillado. El descubrimiento ha tenido lugar cuando los alumnos de zoología se encontraban diseccionando una de las muchas egagrópilas que recogen en el campus universitario de Badajoz para su posterior análisis. Seguidamente, la cita fue tramitada a través de la web de anillamiento de SEO/BirdLife.


El cárabo común puede habitar en zonas urbanas donde encuentre refugio y alimento © Tatavasco Imágenes
“Un auténtico Matusalén “
“Esta recuperación es especialmente importante por dos motivos, porque el avión común murió a los ocho años de vida, todo un récord para esta especie de pequeño tamaño que cría en nuestras latitudes y pasa el invierno en África, y porque no es una presa común para el cárabo, una rapaz nocturna de mediano tamaño que se alimenta fundamentalmente de pequeños mamíferos”, explica Arantza Leal, del área de Estudio y Seguimiento de SEO/BirdLife. Fue su compañero de área, Emilio Escudero, que tramita las recuperaciones que llegan a la Oficina de Anillamiento, quien dio cuenta de esta curiosidad ornitológica.
“La esperanza de vida media de la especie es de 2-3 años, basándonos en autorrecuperaciones de más de 5.000 aves anilladas. Tenemos dos registros excepcionales de siete años de vida, yeste ejemplar en cuestión tiene ocho, un autentico ‘Matusalén’ anillado en 2005 como pollo, algo inaudito. Esta misma ave fue recuperada en la misma colonia durante diferentes años, en 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010. En golondrinas comunes pasa lo mismo. 

La vida media ronda los 2-3 años y tenemos varios registros de cinco años, pocos de seis y sólo uno de ocho, tras haber realizado más de 15.000 anillamientos”, afirma Florentino de Lope, profesor de Ciencias Biológicas de la Universidad de Extremadura y miembro del Comité Científico de SEO/BirdLife. De Lope dirige un grupo de investigación con más de 20 años de seguimiento de aviones y seis proyectos continuos, y fue su equipo el que anilló y recuperó este ejemplar de avión común en el campus universitario.

Egagrópilas y anillas

Disección y estudio de egagrópilas ©SEO/BirdLife
Las egagrópilas son bolas formadas por restos de alimentos no digeridos, como huesos, pelos o plumas, que regurgitan gran variedad de especies de aves. Por su forma, tamaño y contenido se puede identificar a la especie de ave que la ha regurgitado. Por ello, frecuentemente se utilizan para el estudio de la dieta de las aves que las producen, ya que examinando los restos óseos hallados se pueden identificar las presas. Que una anilla sea encontrada dentro de una egagrópila no es algo frecuente, pero tampoco excepcional. Por tanto, la disección de una de estas bolas de restos siempre puede deparar interesantes sorpresas.
Por otro lado, gracias a las recuperaciones de aves anilladas se puede averiguar cuántos años pueden vivir las aves silvestres. Se ha comprobado que las especies pequeñas viven, por lo general, menos años que las aves grandes, y también que las aves que migran tienen una tasa de supervivencia menor que las residentes. Por ello, ocho años de vida para  un avión común, cuya esperanza de vida media de entre dos y tres años, es todo un logro. 


Egagrópila regurgitada por el cárabo con la anilla del avión común © Carlos de la Cruz
Importancia del anillamiento
Toda la información sobre el anillamiento y las recuperaciones de esta y otras especies se puede consultar en www.anillamientoseo.org. Se trata de una web pionera en Europa que permite por primera vez consultar on line el banco histórico de datos acumulado durante décadas. Hay más de siete millones de datos de anillamiento y 400.000 de recuperacio-nes generados por los anilladores. Con esta herramienta se pueden hacer consultas por especie, edad e incluso sexo de las diferentes especies que capturan cada año los anilladores. También hay mapas de distribución y numerosas utilidades más. Toda esta información es vital para conocer la fenología de las aves, sus lugares de cría e invernada, sus rutas y sus paradas migratorias y arroja importante luz sobre el efecto del cambio climático en su biología.


Ilustración de un avión común. ©Juan Varela-SEO/BirdLife