La Ardilla Común o Roja (Sciurus Vulgaris). Inconfundible, este roedor arbolícola, de buen tamaño y enorme cola, la mal grabé en unos pinos de Jamarín, en el término municipal de Villanueva.

Podemos decir de ella (aparte de la susodicha cola, que utiliza a modo de balancín en sus prodigiosos saltos) que posee grandes orejas deflecadas, así como grandes ojos de visión penetrante, además de unas potentes mandíbulas y cuartos traseros. Armada de grandes uñas y largos dedos que utiliza como "verdaderas manos". 

Aunque rehuyen del suelo, son grandes corredoras en momentos en que la necesidad lo requiera.

Fué curioso, porque antes de detectarla visualmente, andando por el pinar, fijándome en las piñas del suelo, observé que muchas estaban completamente peladas, roídas... Agudicé sentidos y  no fue difícil dar con ella.
Si subes el volumen podrás oír su excitado chillido de peligro.

Mario Timón.

Primera pollada.

· Estos son los pollos revolanderos de golondrina común ( Hirundo Rústica), fotografía tomada en la calle Real, (en Villanueva). En latitudes más meridionales los padres seguro que ya están con la segunda puesta, pero aquí aún andan atareados en darlos de comer, cada vez menos, pues de esa manera provocarán su independencia.

La golondrina tiene la cola orquilllada, de rectrices extremas alargadas, más en los machos; en la imagen (no muy buena) si se aprecia que las colas aún están sin desarrollar.

Su posadero primero, es cualquier sitio lo más cerca del nido, y allí esperan y llaman a sus padres, para comer y hacer sus primeros vuelos estas acróbatas del aire.

Mario Timón.